El león estuvo de acuerdo.
En medio de la selva el conejo montado en la nuca del león cantaba canciones muy alegres y danzaba encima del cuerpo del león. Al león le invadía la rabia pero por el compromiso echo no podía decir ni hacer nada.
Él seguía su camino.
En un sitio el conejo burlón le dijo que descansara para que no le diera más hambre, el león como estaba muy cansado se echó y se estaba durmiendo, y aprovechando la ocasión el conejo trató de huir, pero el león se despertó en ese instante y lo persiguió.
El conejo por esquivarlo se metió en medio de chamizos y bejucos allí se enredó y al final el león nuevamente lo atrapó. Al verse atrapado el conejo le decía: "yo no voy a huir sólo estaba buscando frutas para comer".
Continuaron así nuevamente su marcha y después llegaron a una montaña muy pendiente. El león al ver que no habían ovejas se llenó de furia y le dijo que se lo comería sin piedad por haberle mentido. Entonces el conejo empezó a huir y cuando ya lo iba a alcanzar éste le dijo: "un momento, los ovejas no se encuentran aquí, se encuentran cerca la cima de la montaña, que´dese aquí, espere que yo espanto los ovejas y usted los ataja". Dicho esto el conejo subió a la cima de la montaña, al llegar a este lugar amontonó varias piedras grandes y le gritaba: "eh, eh, animal grande y peludo, ataje los ovejas que allá van".
Entonces el león al oír el grito se alistó para atajar los ovejas y lo que hizo el conejo fue hacer rodar las piedras redondas; el león al ver que venían muchos ovejas se alegró mucho y por estar con hambre se lanzó a atraparlos murió golpeado por una piedra.
El conejo en la cima de la montaña observaba y se reía de la maldad que le estaba haciendo y le decía: "Eso le pasa por ser grande y pendejo".
De esta manera se libró de ser devorado.
Tomado del libro: "Por los senderos de la memoria y el sentimiento Paez"
Continuaron así nuevamente su marcha y después llegaron a una montaña muy pendiente. El león al ver que no habían ovejas se llenó de furia y le dijo que se lo comería sin piedad por haberle mentido. Entonces el conejo empezó a huir y cuando ya lo iba a alcanzar éste le dijo: "un momento, los ovejas no se encuentran aquí, se encuentran cerca la cima de la montaña, que´dese aquí, espere que yo espanto los ovejas y usted los ataja". Dicho esto el conejo subió a la cima de la montaña, al llegar a este lugar amontonó varias piedras grandes y le gritaba: "eh, eh, animal grande y peludo, ataje los ovejas que allá van".
Entonces el león al oír el grito se alistó para atajar los ovejas y lo que hizo el conejo fue hacer rodar las piedras redondas; el león al ver que venían muchos ovejas se alegró mucho y por estar con hambre se lanzó a atraparlos murió golpeado por una piedra.
El conejo en la cima de la montaña observaba y se reía de la maldad que le estaba haciendo y le decía: "Eso le pasa por ser grande y pendejo".
De esta manera se libró de ser devorado.
Tomado del libro: "Por los senderos de la memoria y el sentimiento Paez"