lunes, 9 de julio de 2018

EL CONEJO DESAFIANDO AL TRUENO.

Antiguamente se decía que el conejo no tenía orejas largas. Un día el conejo sentado en una piedra empezó a alabarse así mismo diciendo: "Yo que soy un animal astuto y hermoso, a mi nadie me iguala, ni me gana en viveza, yo debería ser el rey
y no el trueno que vive en el espacio de arriba". 


Siempre decía lo mismo en los momentos libres, hasta que una vez se dijo: "pues ahora voy a demostrarle al trueno que yo grito más fuerte que él". Dicho esto se acomodó en una piedra grande y empezó a gritar: "Abuelo, despierta ya, lo desafío a que grito más fuerte que usted".


El trueno se despertó y empezó a dar rabia y entonces le respondió: "burlón, mentiroso y sin oficio, por qué te atreves a ofenderme así?. pues ahora verás como es mi grito: uh, uh uh". Al mismo momento cayó un rayo al lado del conejo y al instante tronó tan fuerte que hizo estremecer la tierra que dejó privado al conejo. 


El trueno al ver esto volió a tirar el rayo y lo volvió a despertar al conejo. Después el viejito le cogió las orejas lo sacudió y le dijo: "por molesto de hoy en adelante serás de cuerpo pequeño y de orejas bien largas". Desde este momento el conejo
quedó con las orejas así
.









Tomado del libro: "Por los senderos de la memoria y el sentimiento Paez"

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